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Jaque mate, estas dos palabras dan
vueltas en mi mente, luego de ser como un hermano, San Martín, se va de España
y antes de embarcar lo último que me dijo fue
“jaque mate”. No le encuentro sentido a estas
palabras, sé que él es muy inteligente y podría decir que un experto en el
ajedrez. ¿Qué me habría querido decir?
Después de tantos momentos juntos puedo
afirmar que lo conozco demasiado. En su primera batalla yo estuve a su lado,
pero… ¿Así me despide?
Para colmo nos traiciona planeando
liberar Chile y ahora estoy aquí entre su ejército esperando a este hombre,
quien es un ejemplo para mí de astucia, habilidad, humildad y perseverancia
entre tantas cosas más.
Siento que me traiciona, mejor dicho,
traiciona al reino de España que tanto le ha dado, perdón me fui de tema, es
que todo el ejército está furioso por su traición. Como fui su amigo me han
ofrecido dinero por la cabeza de este hombre, de este gran estratega y ahora
tengo que salir del campamento en una misión de espionaje contra aquel que fue
mi amigo.
Al llegar a las Cordilleras no me fue
difícil enterarme de la gran hazaña que iba a ejecutar el conocido general. En
cada momento que caminaba junto al ejército patriota escuchaba las palabras de
admiración que tenían hacia él, no solo era un buen soldado, era un buen
compañero, muy humano con cada uno, responsable y por eso era tan exigente,
ningún detalle se le escapa, tenía todo planeado y bien calculado por eso tenía
tanto temor de que pudiera reconocerme por ello evitaba que me viera cara a
cara.
Estamos por salir a cruzar la cordillera,
me da vergüenza admitirlo, aunque solo estoy escribiendo una nota de recuerdos,
pero me da miedo hacer esto.
Volveré hacia cuyo y de allí iré por un
camino más tranquilo hasta Chile.
Hace un rato he llegado y no encuentro a
mis compañeros, logré verlos desde lejos, allí está el ejército del gran
general.
En todo mi viaje no he dejado de pensar
en sus palabras, cuando en España me dijo “jaque Mate”. Lamentablemente me fue
imposible detenerlo, porque su determinación y esfuerzo lo llevaron a la
victoria. Mientras yo regreso a España habiendo fracasado en mi misión, el será
recordado como el gran Libertador.
Me dirijo a encontrarme con el rey para
informarle de nuestra derrota, pero acabo de darme cuenta que las palabras del
General no eran para mí. Sino para el Rey español, y para todos los enemigos de
la revolución. Jaque Mate, ese era el mensaje, él tenía la victoria en su
mente, podría decir que me enorgullece perder contra él.
Han pasado años de aquella travesía y
vuelvo a escribir aquí, San Martín ya ha muerto, y no creo que me quede mucho
tiempo a mí, pero no puedo dejar de pensar que fui uno de sus mejores amigos en
España, su enemigo en la lucha por la independencia y hoy en día un admirador
más.
América puede estar orgullosa de haber
tenido a un hombre tan valiente y honrado como mi amigo San Martín.
Roberto Carlos Singool. 2 de septiembre
de 1850.
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